Asesoramiento de Viajes y Gastronomía
27. mar., 2022
Brunch en este sitio bonito, con un suelo precioso de baldosas hidráulicas. A la entrada hay una mini terraza con 3 mesitas/velador tipo Bistrot parisino. Entrando hay unos sofás chester con mesa donde también puedes reservar si te apetece. Nosotros estuvimos al fondo en las mesas normales con sillas normales, y la verdad es que queda un poco estrecho porque en esta zona el local se hace pasillo, y con la barra que hay en esa zona muy pegada, resulta un poco incómodo porque te pasan todo el rato por detrás y te golpean el bolso o la silla sin querer; te aconsejo reservar en las mesas de delante. Realmente, este sitio es un “Wine Bar”, toda gira en torno a sus vinos y también tienen tienda on line de vinos, catas y una bodega con 365 referencias (puedes probar un vino distinto cada día). Pero, por otro lado el Domingo ofrecen el Brunch. El dueño es italiano y se ve esa clara influencia en el brunch, sobre todo en los quesos italianos y los embutidos típicamente italianos, y en los dulces en el panettone. El precio del brunch es de 35€, ¡para mi gusto desorbitado! ¿pensarán que el ofrecer una copita de champan al final lo vale? A mí no me lo parece. Os cuento cómo lo tienen organizado: hay una carta en la cual aparece el brunch cerrado en varios capítulos de los que únicamente puedes elegir la bebida caliente y la bebida fría, porque todo lo demás te tienes que acoger a lo que es; es más… si sólo quieres desayunar, no puedes. Tienes que tomar brunch sí o sí. Mi😇tenía que estar a dieta de comer sólo ciertas cosas porque tenía una prueba digestiva en unos días, y casi nos tuvimos que marchar porque no le permitían comer sólo alguna cosa suelta. Finalmente hicieron una excepción y pudo tomar sólo lo que tenía permitido comer. Hay una barra en forma de L dónde tienen desplegado todo lo salado que incluye el brunch y todo lo dulce. Realmente es muy completo y todo está muy bueno, la burrata, la mozzarela, el salmón, el huevo benedictine, la mortadela trufada… los bizcochos, las tartas… todo está magníficamente presentado y está muy bueno, pero… me parece carísimo. ¿Por qué me parece carísimo? Pues porque no es tipo buffet; Hay una señorita al otro lado de la barra que te da un plato canijo, ¡sí canijo! Y es ella la que te va sirviendo “un poquito de cada”, pero claro… no cabe casi nada en el plato y, “un poquito de cada” se convierte en una loncha de cada (si te cabe); además te hace sentir vergüenza el pedir más cantidad porque se te sale del plato. ¡Menos mal que al menos se puede coger en un plato lo dulce y en otro lo salado!. Me parece un poco cutre, es como un quiero y no puedo. Ya no puedes repetir de nada una vez te lo han servido. Si quieres otro zumo, cuesta 3€ un vaso, ni siquiera grande y otro café también 3€. He estado en otros brunch que también ofrecen champán (durante todo el brunch en buffet libre) y que cuestan 25€, infinitamente más completo y repitiendo las veces que quieras de todo lo que quieras. El parking más cercano es el de Velázquez. Resumen: mala relación cantidad/precio y postureo con el champán francés. Jorge Juan, 21.
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Comentarios recientes
27.06 | 06:28
Me alegro que te haya gustado. Espero que la uses
27.06 | 06:13
Muy buena guía gastronomica!. Gracias.